Sólo tú faltaste, no se aún por qué, todos/as estabais invitados, es de nuevo un eslogan que se repite; el anfitrión así lo proclamaba como viene siendo costumbre.
Con su elegancia innata, su saber estar, sus modales refinados y su encanto cuando se dirige a la pista de baile es the boss, así gusta llamar a sus seguidores. Hay series de tv que repiten y reproducen, sin tanto éxito de crítica, estos filmes, que por su carácter se ajustan poco a la realidad, aunque a veces y sólo algunas veces…
Es el momento del aperitivo, a continuación la comida en la gran mesa del rey, al calor de la hoguera de las pasiones, las múltiples conversaciones que se entrelazan. Todos pendientes de todos, que no se escape nada, el anfitrión atento a cualquier movimiento para que todo el mundo se sienta cómodo, a gusto, distendido y relajado. ¿Qué más se puede pedir?
Con su elegancia innata, su saber estar, sus modales refinados y su encanto cuando se dirige a la pista de baile es the boss, así gusta llamar a sus seguidores. Hay series de tv que repiten y reproducen, sin tanto éxito de crítica, estos filmes, que por su carácter se ajustan poco a la realidad, aunque a veces y sólo algunas veces…
Es el momento del aperitivo, a continuación la comida en la gran mesa del rey, al calor de la hoguera de las pasiones, las múltiples conversaciones que se entrelazan. Todos pendientes de todos, que no se escape nada, el anfitrión atento a cualquier movimiento para que todo el mundo se sienta cómodo, a gusto, distendido y relajado. ¿Qué más se puede pedir?
.
Hoy degustamos carne de un típico animal de nuestras montañas, que no se encuentra en peligro de extinción, gustos que sólo los señores feudales de aquel entonces podían arrebatar al igual que hicimos nosotros este día; por lo comentado en los postres no defraudó a los presentes, y éso que estuvimos representados en su totalidad por activistas de la administración pública, y se nota. En alguna otra, con sectores más académicos, resultaron ser de lo más gratificante, por su altísima participación, rayando lo exagerado, como nos gusta a nosotros je,je,je … más abertura al exterior, y no me refiero a la fabulosa piscina, que tan buena temperatura nos presenta.
El lugar está cuidado al detalle y bien pudiera ser la sede social de cualquier Arena-Music, aunque el ambiente final lo dan sus protagonistas, en especial las/los participantes más activos con sus melodías y ritmos de sensualidad contenida.
Nadie se resiste porque el ambiente es propicio para ello, soltar la mente y a flotar, tardar en percibir algunos sentidos, y a diferencia de otros que se potencian hasta la saciedad, como si no hubiera límite en apreciar sensaciones de hoy y de ayer, gracias de antemano a esas marcas entrañables de albariño, mencía y licor café –no me olvido del güisqui macalan- ellas –las copas- nos consienten mover sin llegar a colisionar, me permiten agarrar al contrincante para no caerme.
El calor del momento arrebata los movimientos del cuerpo para mitigar el sofoco, el trópico se combate con desprendimiento de vestuario, los cánticos simulan a los guerreros batusi, porque la oscuridad no reconoce más que siluetas difuminadas. Las canciones de otra época suenan una y otra vez, de cuando en cuando algún gallito pero no se nota si no estás “al loro”.
.
Este día como otros ya pasados, con más o menos afluencia de invitados, con más o menos presencia masculina o femenina, nos lo pasamos, y con eso vale, y si faltó algo, ya lo haremos en la siguiente, que será en breve.
El lugar está cuidado al detalle y bien pudiera ser la sede social de cualquier Arena-Music, aunque el ambiente final lo dan sus protagonistas, en especial las/los participantes más activos con sus melodías y ritmos de sensualidad contenida.
Nadie se resiste porque el ambiente es propicio para ello, soltar la mente y a flotar, tardar en percibir algunos sentidos, y a diferencia de otros que se potencian hasta la saciedad, como si no hubiera límite en apreciar sensaciones de hoy y de ayer, gracias de antemano a esas marcas entrañables de albariño, mencía y licor café –no me olvido del güisqui macalan- ellas –las copas- nos consienten mover sin llegar a colisionar, me permiten agarrar al contrincante para no caerme.
El calor del momento arrebata los movimientos del cuerpo para mitigar el sofoco, el trópico se combate con desprendimiento de vestuario, los cánticos simulan a los guerreros batusi, porque la oscuridad no reconoce más que siluetas difuminadas. Las canciones de otra época suenan una y otra vez, de cuando en cuando algún gallito pero no se nota si no estás “al loro”.
.
Este día como otros ya pasados, con más o menos afluencia de invitados, con más o menos presencia masculina o femenina, nos lo pasamos, y con eso vale, y si faltó algo, ya lo haremos en la siguiente, que será en breve.
.
¿Te apuntas?
Fdo. Gabino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta lo que quieras aquí.